‘Naif’, mucho que ofrecer

Lo de Naif  ha sido llegar y besar el santo. Apenas lleva unas semanas abierto en Malasaña y registra lleno total practicamente a todas horas. Y es que este nuevo bar restaurante tiene razones más que suficientes para llevarse al público de calle. Trae al barrio una propuesta totalmente distinta a las existentes en la zona -que no son pocas-, el fast fine: comida rápida, elaborada al momento, pero con ingredientes de calidad y cuidada presentación. Todo ello en un entorno agradable, donde se atienden todos los detalles, incluida la atención al cliente, y a precios muy razonables. La fórmula, por tanto, no podía fallar.

El local cuenta con una situación envidiable en plena plaza de San Ildefonso, donde instalan su terraza en cuanto suben un poco las temperaturas. Una imponente finca rehabilitada en cuyos bajos han creado una especie de loft que aúna decoración industrial y arte urbano (sus paredes cuentan con diferentes intervenciones de Mr Hazelnut) al que han sabido dotarle de cierto aire cálido y acogedor.

Su oferta gastronómica es concisa pero potente, apta para cualquier momento. De entrantes y para compartir, nachos mexicanos, ensaladas (la mejor y más original: ensaladilla de Lucía) o ‘chistorrisqueo’ (quesos con chistorritas de Navarra). Después, toca elegir entre sus diferentes sandwiches, hamburguesas (100% vacuno) o bocadillos. Sí, quizás suene poco original pero en cuanto los pruebes sabrás que estamos ante algo totalmente diferente. Prueba si no su Doggie Roll (Frankfurt enrolladado en pan de molde, con queso Edam y mostaza) o la Naifburguer mexicana, con delicioso guacamole. Los bocadillos, de jamón o salmón, pero con pan de cristal (de corteza muy fina y miga suave y alveolada).

Naif es un espacio vivo, que evoluciona a lo largo del día, adaptándose al ritmo del barrio. Por eso aquí no faltan los cafés, tartas y bollería para la merienda, y las copas y obligados cócteles para primera hora de la noche. Prometedor.

*fotos: Alfonso Ondarroa